Recientemente la educación ha perdido su fin, la crisis económica, los problemas que enfrenta el país, la inseguridad que vivimos, nos hacen olvidar lo que en mi opinión, debería ser lo primero y lo primordial.
Educar es guiar, conducir, instruir. En la medida que la educación se fortalece los países avanzan. México es un país estancado en los sistemas educativos, hay analfabetas y difícilmente se llega a un grado universitario. Los padres de familia estamos más preocupados por cubrir otros gastos que por el desarrollo educativo de nuestros hijos.
Existe la falsa creencia de que si la escuela es cara entonces es buena, creemos que las escuelas públicas no sirven. Pero nada de esto es o no es; al final invertir en la escuela de los hijos es la mejor herencia que les podemos dar y lo mejor que podemos dejar al país. Por inversión, no me refiero a cantidades enormes de dinero si no a la calidad, al compromiso que tenga la institución elegida, a los valores que en esta se apliquen, al respeto que tengan para con el estudiante, a la formación diaria.
La mejor escuela es donde el alumno realmente se esté superando, en donde toda su capacidad y todas las habilidades se exploten al máximo; donde el gusto por ser y seguir nazca, no por imposición si no por convicción. Hay que darle importancia a estos detalles, hay que observar a nuestros hijos. Brindarles herramientas para la vida. Invertir en ellos y no gastar, hace la diferencia.
Rosana Melgarejo
Directora General
Instituto Villa de León
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